El topónimo torre del Palmar, según Joan Ivars, aparece en el siglo XV “unes cases derrocades prop la torreta del Palmar o prop la Torra” (L. Terres, 317. 316).
[Ivars Cervera, 1995, p. 213].
En 2017, en una ficha descriptiva correspondiente a la Torre del Gerro o de l’Aiguadolç, de tipología arquitectónica distinta aunque de construcción y contexto sincrónico a la torre de l’Almadrava, ofrecíamos un contenido perfectamente extrapolable a la misma.
[Gisbert, 2008].
Atalaya, o torre de vigía, construida por el Duque de Maqueda, virrey, a mediados del siglo XVI, para la defensa de la costa del Reino de Valencia. Su cometido era la vigilancia del mar, frente a posibles incursiones berberiscas. Los siglos XVI y XVII son proclives en ataques piráticos que afectan notablemente a muchos asentamientos costeros de la Marina Alta. Ello conlleva un ambiente de temor y una cierta obsesión por la búsqueda de estrategias dirigidas a contar con unas costas seguras. La historiografía sobre Denia es bien explícita. Las noticias de Marco Antonio Palau o algunos de los contenidos de la biografía de Fray Pedro Esteve, de Cristóbal Mercader, son especialmente elocuentes de estos episodios, así como de la respuesta de la ciudad frente a esta realidad.
Erigida en tiempos del Rey Carlos I, en los años 1553 y 1554, pertenece a la primera generación de obras de defensa del litoral, tal como la Torre del Gerro o de l’Aiguadolç. Estas torres se comunicaban entre ellas, en muchos de los casos, visualmente, aunque utilizaban otros medios como señales con espejos, fuego, etc. Disponían de guardias que se encargaban tanto de la custodia de la misma y de la artillería que contenían, como de eventuales traslados a otras torres o ciudadelas urbanas próximas para alertar de cualquier eventualidad. Éstos pertenecían al cuerpo de Gent de Guarda de la Costa Marítima del Regne de València, a cargo de la Generalitat.
Su emplazamiento permitía el control de un amplio segmento de la costa. A los pies de la Torre del Gerro estaba el Aiguadolç; un manantial de agua dulce con surgencias dentro del mar. La denominación de Torre del Gerro responde a su forma de gerro, o jarro. Asimismo, a los pies de la Torre del Palmar, o de l’Almadrava, estaba la desembocadura del río Girona; un curso de agua dulce, vital para el abastecimiento de las naves y que fue, quizás, uno de las razones para el emplazamiento de esta torre, además de valorar el control del emplazamiento de una almadraba, ya existente en el momento de la construcción.
[Gisbert, 2008].